miércoles, 18 de mayo de 2011

QUE OPINAN LOS DEMAS

QUE OPINAN LOS DEMAS?
Todo empieza con cuatro jinetes que cabalgan anunciando la gran tragedia. Después se nos cuenta que en la Tierra van a pasar grandes catástrofes: terremotos, sol negro, luna sangrante, estrellas cayendo. No son más que el principio. Luego vienen, al compás de las siete trompetas: granizo y fuego, el mar ardiendo, un meteorito que amarga el agua dulce, se apagan los cuerpos celestes, cae una estrella que abre el abismo, del que sale Abaddón, el Ángel Exterminador, con una corte de langostas gigantes, después un ejército mata a la tercera parte de la humanidad...
Esta es la primera alusión a que el propio Dios es el que suelta a Lucifer de su celda infernal. De hecho, es Jesús mismo el que ha dicho antes que sólo él tenía la llave. Posteriormente, en el embrollado texto apocalíptico, se volverá a hacer referencia a este hecho.
Y reaparece la Virgen María. Según parece, un tiempo después de la muerte y el viaje posterior de su hijo, ella también subió al Cielo. Pero lo que vemos ahora es un hecho anterior: en el momento de parir a Cristo, Lucifer encarnado en un dragón se lo quiere comer. Pero no lo consigue. Esto es un dato a añadir a la historia de Cristo en Belén. Sería buena idea poner un dragón en los nacimientos.
Y por fin Dios hace lo que tiene que hacer. Se produce por fin la segunda venida de Cristo a la Tierra, llamada Parusía. Se abre el séptimo sello, que anuncia el final. En vez de tanto incordiar a los idólatras, a por la Bestia, hombre. Y hete aquí que la Bestia, en el momento de la Gran Batalla o Armageddón, está montada por la Gran Ramera. Se trata de una personificación del poder político anticristiano. De nuevo aparece pues la mujer malvada, como antes en las siete cartas, con la alusión a Jezabel. Menos mal que nos queda la Virgen María, que esa sí que es buena. Así que ya sabéis, chicas: la virtud está en la virginidad. O eso, o la Gran Ramera.
Al ver los mercaderes del mundo que la Gran Ramera cae en manos del Cordero de Dios (disfraz de Jesucristo), llevándose con ella la prostitución y el lujo asiático, se quejan amargamente de que no van a poder comerciar más. Y tras la gran batalla librada entre el Bien (Jesús montado en un caballo blanco, en plan guerrero) y el Mal (el Dragón terrorífico), la séptima trompeta anuncia que ha vencido el Bien, y se salvan los humanos buenos, mayormente los judeo-cristianos. El resto, al Infierno. Seis ángeles, que acompañaban al Cordero en la batalla contra las tres formas del Diablo y sus huestes, son los que se dedican a vendimiar a los buenos de entre los malos.

Se celebra pues el Juicio Final, separando claramente a unos humanos de otros, según el bando que hubieran escogido previamente. Y luego las Bodas del Cordero, oiga. Un festín con el que se celebra la victoria, y donde Jesús se casa con los miembros de la Iglesia. Sin embargo tu tienes la ultima palabra juzga tu mismo.

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